viernes, 12 de diciembre de 2008

SEAMOS LUZ



Recientemente en una conferencia se nos exhortaba a ser luz , ser ese reflejo de luz como la luna refleja la luz del sol, no porque seamos luz propiamente dicho sino por ser el reflejo de la luz.

Eso me recordó un día que estaba meditando en un paraje cerca de mi casa, una montaña donde generalmente se ve hierba, árboles y arbustos; muy bonito pero de repente me llamó la atención una flor que sobresalía del monótono verde, con su color resaltaba a lo lejos… ¿cómo pudo llegar allí? Y lo más asombroso que se me vino a la mente, no le importó estar entre arbustos, ella floreció!, hizo ver su hermosura.

No será un recordatorio de que no importa donde estemos, con quién estemos, debemos ser auténticos, íntegros. Tal vez nuestras decisiones nos han llevado a donde estamos hoy día, el lugar de trabajo, el vecindario, donde sea; seamos luz hagamos que los demás vean lo diferente que somos por ser de quién somos. Mostrarnos, sólo hará que todos quieran saber de donde fluye nuestra alegría en la adversidad, la conformidad en la tragedia, la fe en la desesperanza y así ser el mensajero de las buenas nuevas.

Dios quiere que tengamos paz, Él es el creador; no crees que como consecuencia de ser luz te pondrá en otro lugar mejor, como un buen jardinero al ver la flor en medio de arbustos la trasplantaría a un mejor lugar para que se luzca su belleza?

No nos cansemos de hacer el bien, de ser íntegros porque entonces estaremos siendo luz. Sembremos alegría para cosechar alegrías. Seamos luz para recibir más luz.