Leyendo un día me encontré con una frase que retumbó en mi ser; una frase que todos sabemos y alguna vez hemos experimentado y que hemos pasado por alto, sin pensar en cuanto daño podemos hacer: “Las personas dolidas muchas veces son las que lastiman a otras como resultado de su propio dolor”. Cuantas veces nos hemos visto en la incómoda situación de encontrarnos con personas que ni siquiera saben que hieren con sus palabras a su hermano, a su vecino, a su compañero de trabajo. Que nos manda hacer Dios en esa situación? Pues nos manda a dar esa milla más, a darle además de los que nos quita, la capa!!! Sí mi amigo, mostrar la misericordia y bondad de Dios no es nada fácil, pero; ¿cómo impactaremos la vida de otros si no somos el reflejo de ese que dejó su majestad para mostrarnos cómo vivir en el planeta tierra?
1 tesalonicenses 5 :15 dice: “Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.”
Note que dice “seguid siempre”, esto implica tomar acción, no solo como se dice “del diente al labio” requiere una profunda convicción de que lo que hacemos los hacemos para Dios y no para ser visto por los hombres.
Decida darle los buenos días al que no le saluda, comprender, perdonar y hacer lo bueno al que le trata mal, al que le da una respuesta airada; ud. no sabe por lo que la otra persona está pasando, un hijo en el hospital, estrés por el trabajo, sus estudios, su desempleo….deje que Dios vea que ud. está decidido a dar la milla más, y tener la oportunidad de sanar un corazón dolido…un corazón partío….si sigue haciendo lo correcto ud. avanzará más que si quisiera apagar el fuego con fuego. No permita que la amargura de otros llene su corazón, muestre la bondad y misericordia de Dios.
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