lunes, 12 de enero de 2009


Cuando estamos abatidos, pasando por cualquier circunstancia que nos preocupa tendemos a pensar en formas extrañas, dejándonos que nuestra mente nos haga una mala jugada con pensamientos de frustración, desanimo y derrota; sin embargo, el tener un tiempo para acudir a Dios para encontrar paz sin molestos acontecimientos externos que te distraigan, es entonces que encontramos las bellezas de pasar tiempo a solas con Dios.
Una experiencia que desde hace poco más de dos meses he podido experimentar con regularidad es apartarme a un lugar sólo, en especial me gusta un rincón en la montaña en los límites de la colonia donde actualmente vivo, llegar a ese lugar, sentarme y ver cada mañana lo bueno que es Dios es reconfortante.
Muchas veces esperando un versículo que le hable a mi corazón, otras solo viendo la naturaleza y recordar al Salmista cuando dijo y escribió en el Salmo 8 (biblia de lenguaje sencillo):
3 Cuando contemplo el cielo,
y la luna y las estrellas
que tú mismo hiciste
4 no puedo menos que pensar:
"¿Qué somos los mortales
para que pienses en nosotros
y nos tomes en cuenta?"
5 ¡Nos creaste casi igual a ti!
Nos trataste como a reyes;
6 nos diste plena autoridad
sobre todo lo que hiciste;
nos diste dominio
sobre toda tu creación:
7 sobre ovejas y vacas,
sobre animales salvajes,
8 sobre aves y peces,
¡sobre todo lo que se mueve
en lo profundo del mar!
9 Nuestro Dios y nuestro rey,
¡qué grande eres
en toda la tierra!
Al experimentar cuan Grande es Dios no hay más que confiar en Él como nuestro Dios amoroso.
Slds.

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